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lunes, octubre 02, 2006

FELIPE EL ESPURIO


Felipe de Jesús Calderón Hinojosa llega al máximo cargo político del país con el estigma de no haber ganado la elección del 2 de julio pasado, luego de un proceso electoral plagado de irregularidades desde el inicio de las campañas hasta la calificación del proceso por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

A pesar de que su partido, Acción Nacional (PAN), y los integrantes de su “equipo de transición” se esfuerzan en decir que “2006 no es 1988”, el michoacano no ha logrado sustraerse de las comparaciones entre su arribo al poder y el de Carlos Salinas de Gortari, quien también obtuvo la Presidencia de la República entre acusaciones de fraude.

Calderón llega a la titularidad del Poder Ejecutivo descalificado por los integrantes de la coalición Por el Bien de Todos —quienes impulsaron como candidato a la Presidencia a Andrés Manuel López Obrador— y otros sectores sociales para quienes, desde su punto de vista, las elecciones federales pasadas fueron fraudulentas.

Los epítetos de “usurpador”, “espurio” y “pelele” han acompañado al presidente electo desde que el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, lo declaró ganador de la elección adelantándose ilegalmente al TEPJF. Así intentará empezar a gobernar un país en el que los cuerpos policíacos han sido rebasados y corrompidos por la mafia del narcotráfico; la economía se encuentra estancada; los índices de desempleo se disparan, y las reservas petroleras, principal fuente de ingresos del gobierno federal, se agotan.

“De por sí el panorama es muy difícil. Pues sin legitimidad es aún más”, considera el politólogo e internacionalista Lorenzo Meyer Cosío. Para el investigador del Colegio de México, Felipe Calderón “se ganó el tigre en la rifa” pues al llegar a la Presidencia de la República se encontrará con una larga lista de problemas que habrá de resolver.

“El primer elemento -asegura Meyer- es el propio cuestionamiento de su legitimidad. El segundo es que se encuentra con un Estado que, en su tarea más rudimentaria pero importante de garantizar la seguridad de los ciudadanos, ha perdido terreno. El combate al crimen organizado ha fracasado.

“Además, el crecimiento económico per cápita durante el sexenio que está por concluir es de menos del uno por ciento. Por si fuera poco, el fisco mexicano es incapaz de captar recursos. Apenas recolecta entre el 11 y 12 por ciento del Producto Interno Bruto. Si no fuera por el petróleo, el gobierno no tendría recursos para operar. Y en el sector petrolero no se ha invertido; ya hay un decrecimiento del 14 por ciento anual en la producción de Cantarell, el principal complejo petrolero.”

Carlos Lozano Ángeles, catedrático e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la UNAM, agrega a la lista de “factores de ingobernabilidad” el crecimiento “de hasta 125 por ciento del desempleo en el país registrado durante el sexenio de Vicente Fox”; la deuda del Fobaproa, que se terminará de pagar en 70 años, y “la escalada de la violencia del narcotráfico, que demuestra la debilidad de las instituciones judiciales y policíacas”.

El sociólogo y politólogo adscrito al Centro de Estudios Políticos de la Universidad considera que, no obstante la debilidad con la que Calderón llega a la Presidencia, podrá mantenerse en el poder: “Ya tenemos la experiencia con Salinas, quien llegó muy débil y bajo acusaciones de fraude y así pudo gobernar”.

Para el maestro en Ciencia Política Leonardo Figueiras Tapia el “principal lastre” con el que Calderón tendrá que lidiar, para garantizar la gobernabilidad en México, es el que representa Vicente Fox y la ilegitimidad de su nombramiento como presidente de la república.

“Fox intervino ilegal e ilegítimamente en el proceso electoral. Eso ahora se convierte en una carga con la que Felipe Calderón tendrá que cargar; además de los resultados de la campaña de odio que realizó Felipe por recomendación de sus asesores españoles y estadounidenses”, agrega el coordinador de la especialidad en Comunicación Política de la FCPS de la UNAM.
Calderón, ilegítimo

De acuerdo con los politólogos consultados, Felipe Calderón es el presidente electo de México sólo legalmente, pues desde el punto de vista de la legitimidad, a lo largo de todo el proceso se cometieron irregularidades y delitos que descalifican los resultados de la elección.

Según el politólogo Pablo Moctezuma Barragán, la legitimidad no se obtiene sólo con el número de personas que votan por el candidato ganador, sino con la limpieza del proceso. Y es que para el académico de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, las elecciones de 2006 se caracterizaron por la inequidad; por las campañas televisivas en las que se decía que de ganar López Obrador, la gente perdería su empleo y su casa, y por la realización de prácticas fraudulentas que se creían ya superadas, como el rasurado del padrón y la sustitución de funcionarios de casilla durante la jornada electoral.

“Después de las irregularidades detectadas, la elección se tenía que haber limpiado voto por voto. Ahora tenemos un presidente electo después de un proceso en el que no hubo transparencia, equidad ni certeza. Pero es de reconocerse que el problema no empezó el 2 julio sino cuando se integró el actual Consejo General del IFE sólo con propuestas del PAN el PRI”, dice el autor de Los orígenes del PAN, entre otros libros.

Moctezuma Barragán agrega que no puede tener legitimidad una persona que no alcanzó los 15 millones de votos en un padrón de 71 millones de electores.

La crisis política postelectoral en la que se encuentra el país, a decir del politólogo Carlos Lozano, no sólo se debe a la inequidad del proceso electoral y a la intervención del gobierno de Fox para favorecer a Calderón, sino a la incapacidad de las instituciones del Estado mexicano para otorgar certeza al resultado de las elecciones.

“Con el fallo del Tribunal nadie quedó conforme. Las sospechas de fraude no sólo no se disiparon, sino que se incrementaron. Por un lado reconocieron que Fox intervino en el proceso y, por otro, reconocen que la elección fue válida.”

Y es que, a decir del doctor en Sistemas Políticos y Electorales, Carlos Lugo, las sospechas de fraude no sólo involucran al IFE, sino al propio TEPJF, encargado de calificar la elección y declarar formal y definitivamente triunfador a Felipe Calderón.

“Las sospechas de fraude no sólo se deben a las irregularidades durante la jornada del 2 de julio y los días subsiguientes en que se contaron los votos, sino también a las presiones a las que fueron sometidos los magistrados del Tribunal Electoral para que dictaminaran a favor de un candidato”, agrega el académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.

Por su parte, Lorenzo Meyer considera que sin legitimidad no se puede gobernar y que, a pesar de la inequidad del proceso, Felipe Calderón llega a la Presidencia “con un tipo de legitimidad”.

“Además, después de que Salinas asumió la titularidad del Poder Ejecutivo leí una frase en un texto de Adrián Lajous: ‘La legitimidad se gana desde la Presidencia’. Qué paradoja. Cómo es posible que se llegue a la Presidencia sin legitimidad. Sin embargo ya hemos visto que es posible, pues desde el poder se puede construir una imagen muy positiva entre la población”, dice Lorenzo Meyer.
Los amigos de Felipe

Los actores políticos y sociales que sostendrán a Felipe Calderón en la Presidencia y le dan “cierto tipo de legitimidad”, a decir de los politólogos consultados, son: los partidos políticos: PRI, Verde Ecologista, Nueva Alianza, Socialdemócrata y Campesino y Convergencia; la jerarquía eclesiástica, el Consejo Coordinador Empresarial; los emporios de medios de comunicación; la clase política estadounidense; la clase económica financiera; los líderes sindicales del viejo sector corporativo del PRI; los intelectuales orgánicos, y los gobiernos estatales emanados del PRI y del PAN.

De acuerdo con Lorenzo Meyer “Calderón tiene a los obispos más importantes; con ellos ya tiene una legitimidad casi divina. Junto con ellos tiene a los empresarios, a los gobiernos priístas y a los medios de comunicación. Estos son los principales integrantes de la coalición informal que le apoya. Y son poderes muy fuertes, de mucho peso”.

El politólogo explica que el apoyo de estos sectores le puede acarrear el apoyo de otros sectores que hasta este momento ponen en duda el triunfo de Felipe Calderón. “Estos poderes fácticos le van ayudar todo lo que puedan; sobre todo, los medios de comunicación. Van a tratar de conseguir legitimidad como un producto consigue clientes. El PAN sabe rodearse de personas expertas en eso”.

De acuerdo con Carlos Lozano, el próximo presidente de México contará, principalmente con el Congreso. Dice que tratará de obtener legitimidad por medio de reformas “prontas y espectaculares” en las Cámaras, de alta resonancia en los medios de comunicación.

“La prioridad será la aprobación de las reformas económicas, el principal compromiso que adquirió Calderón con sus impulsores. Se trata de las reformas laboral, energética y al aparato policíaco. Y es que el Congreso es de Calderón, algo que no podría ocurrir si el presidente fuera López Obrador.”

En relación con este aspecto, Figueiras Tapia considera que el PRI “venderá carísimo” su anuencia para sostener al PAN en la Presidencia.

“Estamos viviendo un 1988 al revés. En ese entonces fue el PAN el que le dio la legitimidad que no tenía Salinas. Ahora el PRI será el que le dé cierto soporte político a Felipe Calderón.”

Entre los principales aliados que Lozano Ángeles identifica se encuentra “la banca extranjera, que controla el circuito financiero mexicano. Todos los bancos estaban preocupados por el posible ascenso de López Obrador por la intención que tenía de abrir el Fobaproa”.

Por su parte, Moctezuma Barragán identifica, entre los legitimadores de Felipe Calderón a intelectuales, como Andrés Rozental, José Woldenberg, Cecilia Loria, Emilio Álvarez Icaza y María Amparo Casar. Carlos Lugo agrega a esta lista a Enrique Krauze.
Calderón, rehén

Calderón Hinojosa será uno de los presidentes más débiles y acotados de la historia moderna de México. Aun antes de que llegue a la Los Pinos, sus aliados ya le cobran los favores recibidos. Se trata de un presidente solo que no tiene cómo contrarrestar a los poderes fácticos que lo impusieron.

A decir de Meyer Cosío, “Calderón entra con las manos atadas justamente por el grupo que lo apoya, pues éste es muy fuerte y el presidente depende de él. En contraparte, el grupo no depende del presidente. No se atreverá a afectar los intereses particulares de quien le ha apoyado. Ahora, más que en otras ocasiones, se ve a un presidente que gana porque tiene el apoyo de los poderes fácticos; pero estos poderes son apoyo y una cadena”.

Por su parte Lozano Ángeles considera que Felipe Calderón “será totalmente un rehén” de los intereses que lo hicieron llegar. Agrega que, paradójicamente, si Felipe desea mayor libertad debe buscar una alianza con el movimiento de López Obrador y el PRD, pues funcionarían como contrapeso a sus actuales aliados.

“Un personaje que es aliado de Felipe, pero al mismo tiempo lo tiene de rehén es Elba Esther Gordillo”, ejemplifica Carlos Lozano.

“Este personaje ha sido sumamente nocivo no sólo para la política sino para la educación desde hace varios años. Y si Calderón quisiera reformar el sector educativo, tendría que romper obligadamente con la política mafiosa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Y eso lo llevaría a confrontarse no sólo con la maestra sino con gobernadores muy cercanos a ella.”

Sin embargo, para el coordinador de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados, Héctor Larios, Felipe Calderón no enfrentará mayores problemas durante su gestión porque “México es un país de instituciones fuertes, las cuales son capaces de que el país sobrelleve cualquier adversidad que se le presente”.

El actual diputado y ex senador de la anterior legislatura considera que, a casi tres meses de las elecciones y una vez concluido el proceso electoral con el fallo del TEPJF, ya no hay ningún otro paso que solventar y aunque “hay problemas, nuestras instituciones son lo suficientemente fuertes para resolverlos”.

Por su parte, el hispano-mexicano Juan Camilo Mouriño, quien fuera vicecoordinador de la campaña de Calderón, desestima los problemas que encontrará el presidente electo cuando asuma funciones. “Agarramos un país con plena gobernabilidad, con una economía sólida y con un reconocimiento muy amplio de parte de la sociedad”.

Sobre el desconocimiento de la coalición Por el Bien de Todos al triunfo del PAN y las movilizaciones que prepara para evitar que Calderón asuma la Presidencia dice que: “A Felipe se le pedirá que cumpla con sus compromisos de campaña. Y uno de ellos es cumplir y hacer cumplir la ley; en ese sentido se permitirá siempre la libertad de manifestarse, pero también se exigirá el respeto a los derechos de terceros. Él será muy firme”.

Por su parte Lorenzo Meyer concluye que “la consolidación de la democracia mexicana, que se veía con cierto optimismo en 2000, ahora se ve como un proceso infinitamente más complicado donde sí hay posibilidades de retroceso”.

El GABINETAZO DE "FELIPE EL BREVE"

En medio de la crisis social y con el respaldo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación -que convalidó la elección presidencial del pasado 2 de julio a pesar de las irregularidades y de la mínima diferencia de apenas 230 mil votos entre el primer y el segundo lugar-, el panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa define su gabinete.

En la que se considera la última lista de futuros secretarios de Estado y altos funcionarios de la siguiente administración, y de la cual Contralínea posee copia, sobresalen cuatro grupos: los representantes del conservadurismo católico y ultraderechistas; los colaboradores cercanos al presidente electo, quienes se caracterizan por defender intereses empresariales y personales; los funcionarios o ex funcionarios foxistas, y los priístas o “aliados necesarios”, explica el maestro en Filosofía, Edgar González Ruiz.

De acuerdo con el perfil de políticos como Calderón, José Espino y Carlos Abascal, el estilo de gobernar será “abiertamente represivo”, dice el investigador. Agrega que el Partido Acción Nacional (PAN) ha perdido la popularidad que artificialmente se impulsó con Carlos Salinas, “no porque sus proyectos son en sí impopulares, sino debido a que se ha permitido que los medios lo critiquen”.

El analista de grupos conservadores señala: “cabe esperar que para anular a la izquierda se recurra a todo el poder del Estado: los cuerpos represivos, las leyes, pero también las alianzas oportunistas con personajes y sectores de otros partidos. Es decir, será necesaria la consolidación del PRI-PAN-Panal (partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y Nueva Alianza). De esta manera se desvanecerá la ilusión de apertura democrática que a los grandes intereses económicos y a la jerarquía le sirvió sólo para llevar a la derecha católica y empresarial al poder en 2000”.

Pablo Moctezuma Barragán, académico de la UNAM y estudioso de la derecha mexicana, coincide: “La intensión es imponer este proyecto, continuar con las reformas estructurales, continuar con el proyecto neoliberal y de imponerlo aún en contra de la movilización social y de los reclamos populares. Todas las secretarías estarían articuladas a la continuidad de este modelo, porque ya hay tratados con Estados Unidos y Canadá que, incluso, implican la seguridad”.
Conservadurismo

El investigador Edgar González Ruiz explica que desde el inicio del gobierno la presencia de los representantes del conservadurismo católico tendrá un peso mucho mayor que con Vicente Fox. Y es que, dice, “este sector tendrá un impresionante apoyo mediático para evitar que la gente los critique”.

En este grupo se localizan los panistas Javier Salazar, hijo del secretario del Trabajo y amigo cercano del presidente electo; el ex legislador Alejandro Zapata Perogordo, quien podría asumir la Secretaría del Trabajo; Patricio Patrón Laviada, gobernador de Yucatán y muy probablemente secretario de la Reforma Agraria; Ana Teresa Aranda, actual secretaria de Desarrollo Social (Sedesol), y Carlos Abascal Carranza, titular de la Secretaría de Gobernación.

De acuerdo con información proporcionada por fuentes del primer círculo de Felipe Calderón, Aranda y Abascal podrían continuar en sus actuales cargos. En el primer caso, el presidente electo tiene otra opción: Miguel Ángel Székely, subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación de la propia Sedesol.

Mientras que la política interna podría quedar en manos de Francisco Ramírez Acuña, responsable de violar los derechos humanos de un centenar de altermundistas en mayo de 2004 -durante la Tercera Cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea, América Latina y el Caribe, celebrada en Guadalajara-, según lo documentó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (Contralínea 60).

También en la Secretaría de Gobernación aparece con probabilidades Germán Martínez, quien defendió los intereses del PAN frente al IFE y persona de todas las confianzas de Calderón.

Este último, de tradición cristera, al igual que Alberto Cárdenas Jiménez - postulado para la Secretaría de Agricultura-, representa el conservadurismo más radical y recalcitrante del país, señala el investigador. “Desde luego, detrás de este sector están los intereses de la jerarquía conservadora”, puntualiza.

Otro que suena para Agricultura es Florencio Salazar, ex secretario de Reforma Agraria y quien por su experiencia también lo ubican como probable secretario de Gobernación.
Intereses de fondo

Un grupo importante es el de los colaboradores cercanos al presidente electo. En este caso González Ruiz dice que “se trata de panistas como Juan Camilo Mouriño, César Nava Vázquez y el ex legislador Juan Molinar Horcasitas. Muchos de ellos representan intereses empresariales o personales”.

El investigador refiere que “un aspecto que ya es muy notorio en el estilo personal de Calderón, además de su falta de carisma y su recurso a la autoridad y formalismos del poder, es su acendrado nepotismo que producirá escándalos mucho mayores que los de este sexenio”. Y es que antes de asumir la silla presidencial el panista ya ha protagonizado varios casos de supuesta corrupción y tráfico de influencias, como los contratos signados en el sector energético con su cuñado Diego Hildebrando Zavala.

Otro oscuro expediente se dio hace tres años. En 2003 Nava Vázquez -quien se perfila como procurador general de la República o secretario de Energía o director de Pemex, estas dos últimas carteras compartidas con Mouriño- y su amigo Calderón Hinojosa fueron acusados de posible tráfico de influencias al descubrirse un “apoyo financiero” autorizado por el presidente electo, en su calidad de director de Banobras.

La operación involucró 2 mil millones de pesos del erario que se destinaron a la empresa Grupo Básico Mexicano, de la que es accionista Emilio Baños Urquijo, suegro de Nava Vázquez.

Mouriño Terrazo, quien también está palomeado para la Oficina de la Presidencia junto a Molinar Horcasitas, dice en entrevista que su cargo en el sector energético “no es una decisión tomada. Hay alternativas. Aún no me ha definido el presidente electo si me habré de quedar en Los Pinos o me iré a Energía. Por supuesto que me gustaría cualquier cosa en el sector energético, es un área que conozco, donde ya estuve”.

El panista, nacido en España y nacionalizado mexicano, omite decir que su padre, Carlos Mouriño Atanes, es empresario y tiene 35 gasolineras repartidas en Campeche, Yucatán, Tabasco, Chiapas y Quintana Roo.

Aun con este antecedente familiar, que podría constituir un posible conflicto de intereses, en el sexenio de Fox ocupó la Subsecretaría de Electricidad en Energía. En el interior del PAN es reconocido como eficiente cabildero pero mal cerrador de temas.

Otro antecedente se remite a la discusión por los costos del gas para la generación de electricidad, entonces se enfrentó a Alfredo Elías Ayub, director de la Comisión Federal de Electricidad, y dio la razón a empresas como Unión Fenosa, EDF y TransAlta.

Además, como funcionario de la Secretaría de Energía trabajó a favor de la apertura y desregulación del sector. Tras la salida de Felipe Calderón de esa dependencia, él fue el último en renunciar.

Para el investigador Edgar González Ruiz, “dadas las experiencias que suelen darse con este tipo de grupos, es probable que en cuanto se sientan llegados al poder, y dado que los han unido los intereses más que los dogmas, comiencen a pelearse entre ellos y algunos salgan del gabinete. Es difícil que un equipo de este tipo se mantenga compacto a lo largo del sexenio”.
Funcionarios transexenales

En un tercer grupo, el especialista en temas de conservadurismo y derecha mexicana y latinoamericana identifica a los políticos que, “independientemente de pertenecer a los sectores anteriores, crecieron en el gobierno de Vicente Fox”. Y ejemplifica: Josefina Vázquez Mota -no es el caso de Carlos Abascal, quien ya tenía una trayectoria como presidente de Coparmex y vástago de una familia histórica de la ultraderecha.

“Es gente que le debe su trayectoria a Fox y a veces a Marta Sahagún, y que ante todo demuestra su capacidad de adaptarse a quien gobierna. Vázquez Mota ya lo hizo, de hecho, al servir en la campaña de Calderón”.

En la lista, que ya evalúa Felipe Calderón, la ex secretaria de Desarrollo Social figura en la cartera de Relaciones Exteriores, junto a los diplomáticos Arturo Sarukán y Andrés Rozental Gutman. El primero de estos es actual coordinador de asuntos internacionales y de política exterior de la mesa de transición de Calderón Hinojosa.

La “extraña” inclusión de Vázquez Mota en esta terna —quien tuvo y utilizó información privilegiada de los padrones de beneficiarios de los programas de la Sedesol— es porque ella está exigiendo el cargo, señalan fuentes cercanas al presidente electo.

Aunque sabe que por un sexenio más vivirá del presupuesto público, Josefina Vázquez Mota se limita a decir que “todavía no hay nada”. Y cuando se le pregunta si será la futura canciller, cambia el tema: “Tengo una enorme satisfacción y la convicción de que él (Felipe) será presidente para todos los mexicanos. Sé que escuchará las voces de todos los que vivimos aquí, principalmente las más lejanas”.
“Aliados necesarios”

González Ruiz advierte que en el próximo gabinete también serán incluidos los “aliados necesarios”. “Hay una presencia muy significativa de los aliados necesarios del PAN, es decir, militantes del PRI, Partido Nueva Alianza y Verde Ecologista de México. Son los políticos por vocación en el peor sentido del término: gente que busca puestos y canonjías, por lo que ha militado en partidos con ideologías contradictorias”.

El investigador dice que el ex perredista Demetrio Sodi es un buen ejemplo, al igual que el ex priísta, ex candidato presidencial y cercano colaborador del Elba Esther Gordillo, Roberto Campa. En este último caso, el maestro en Filosofía explica que Campa “pasó de ser adversario de la derecha a uno de sus más esforzados defensores. Lo que hay detrás de este grupo es la defensa de las instituciones como forma de abusar y lucrar”. Ambos políticos también aparecen en la lista, para ocupar cargos del gabinete ampliado.

Sin descartar la posibilidad de ocupar un alto cargo en la próxima administración, Sodi de la Tijera señala: “estoy trabajando en una organización ciudadana. Tengo el interés en dedicarme a promover ciudadanía y no estoy pensando en un puesto en el gabinete. Quiero ver en dónde puedo servir más a mi ciudad y a la gente. Creo desde esta perspectiva puedo tener un espacio más amplio”.

De acuerdo con Pablo Moctezuma Barragán, en el equipo cercano a Calderón hay también hay varios funcionarios que provienen del PRI pero que en los últimos años han estado colaborando con el PAN, como Luis Téllez, Miguel Ángel Yunes, Benjamín González Roaro y Tomás Ruiz.

El primero compite, junto al neoliberal Agustín Cartens Cartens, por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Para Seguridad Pública es casi un hecho que entra Yunes Linares, cercano colaborador de Elba Esther Gordillo. Mientras que González Roaro busca Educación Pública, pero para ese puesto Calderón tiene comprometido al priísta Esteban Moctezuma, y Tomás Ruiz podría repetir en la Lotería Nacional.

El académico dice que sus futuros nombramientos no se pueden descartar, “debido a esta alianza PRI-PAN. Es posible la integración de connotados priístas y ex priístas como Roberto Campa, o incluso Natividad González Paras, Eduardo Bours o el mismo Enrique Jackson”.

Especifica que “el esfuerzo para darle solidez a esta alianza va a ser muy notable. Va a haber un círculo de funcionarios de formación priísta en este nuevo gobierno del PAN y, desde luego, viejos cuadros panistas como Alberto Cárdenas, Patricio Patrón Laviada, Ramírez Acuña -quien destapó a Felipe en Jalisco-, Abascal y se menciona a la misma Ana Teresa Aranda”.

Según Mouriño Terrazo aún no hay nombres porque apenas están preparando el gabinete. “Sin duda, el trabajo más importante que nos queda de aquí al primero de diciembre: las decisiones más importantes que tiene que tomar el presidente electo son tanto el equipo que lo acompañará en las tareas de gobierno en Los Pinos, como el equipo que estará en cada una de las carteras de la administración pública”.

Afirma que “por eso no nos apresuraremos a conformar el gabinete: tenemos tres meses para ello, y lo habremos de hacer con mucho cuidado. Lo que podemos asegurar es que no habrá headhunters definiendo el gabinete, será Felipe Calderón quien lo haga”.

Aclara que, aunque van avanzados los criterios para cada uno de los puestos y el plan de reestructuración de la administración pública, aún no se definen los nombres: “Era importante contar con la constancia de presidente electo”.

Otros nombramientos que ya se discuten en el primer círculo son: Comunicaciones y Transportes, que se disputan Javier Lozano Alarcón, José González Morfín y Humberto Treviño Landois; Salud, Misael Uribe Esquivel, María Eugenia de León-May y Roberto Tapia; Trabajo y Previsión Social que podría quedar en manos de Alejandro Zapata Perogordo, Gonzalo Moctezuma Barragán o Genaro Borrego Estrada.

Para Medio Ambiente figuran José Espino Barrientos y Ernesto Rufo Appel; en Función Pública, Germán Martínez Cázares; en la vocería, Max Cortázar Lara y Rogelio Carvajal Tejeda como secretario Particular.

Además deberán ser acomodados en el gabinete de Felipe Calderón sus colaboradores Ernesto Cordero, a quien se le reconoce como la pieza estratégica y materia gris del equipo cercano; Alejandra Sota, conocida como la Guardaespaldas de Calderón y quien dicen tiene la mayor capacidad de administración; y Javier Salazar, hijo del secretario del Trabajo y presidente de la Comisión Reguladora de Energía.